domingo, 30 de septiembre de 2012

La Bolsa on-line

La creciente popularización de internet en los últimos años ha propiciado que la negociación de valores se haya introducido también en este sistema informático mundial de comunicaciones. A través de los numerosos portales financieros que hay en internet, se puede acceder a una amplia información financiera y bursátil de todos los mercados de valores del mundo. La información de los mercados bursátiles a través de esta autopista de la comunicación global ha ido creciendo en los últimos tiempos. Desde una información en tiempo real de las cotizaciones de las distintas bolsas se ha ido evolucionando hacia una información más centrada en el análisis fundamental y técnico de valores (análisis con un componente más cualitativo), con numerosas recomendaciones de inversión de prestigiosos analistas de distintas casas de valores, y la creación de foros, debates y opiniones de «internautas» sobre la marcha de los mercados de valores.

Respecto a la negociación bursátil por internet en nuestro país se encuentra en etapa de implementación, un gran avance podemos observar con la puesta en marcha del proyecto DMA (Direct Market Acces) de la Bolsa de Valores de Lima en donde sera posible que las SAB (Sociedad Agentes de Bolsa) puedan ofrecer a sus clientes la posibilidad de comprar y vender acciones a través de internet, es decir el poder enviar ordenes al mercado directamente desde su computadora personal, las ordenes serian evaluadas por las SAB para determinar la viabilidad de ellas, por supuesto esta prerrogativa seria accesible a inversionistas calificados previamente por la SAB.

La operativa bursátil a través de la Red permite al inversor una mayor agilidad a la hora de tomar decisiones de inversión respecto a la operativa tradicional y, sobre todo, unas comisiones sensiblemente más reducidas que la operativa tradicional. El inversor puede contratar por internet a través de una plataforma implementada por la SAB de la cual es cliente, por medio de un software instalado en su computadora   dándole la facilidad para la transacción, realizando el inversionista directamente la orden al mercado. En los Estados Unidos y algunos paises mas desarrollados, alrededor de la mitad de las operaciones en bolsa de inversores particulares se realiza «on line», lo que ha provocado que los principales intermediarios bursátiles de esos paises hayan potenciado en los últimos años sus servicios de intermediación bursátil por internet.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Los Mercados de divisas

Una forma de invertir en el exterior es negociando divisas. Algo que desconocen la mayoría de los inversores es el hecho de que el volumen de contratación de los mercados de divisas es el mayor de todos los otros mercados, como por ejemplo, el de acciones, el de renta fija o el de derivados. Este es un mercado interbancario por excelencia y los bancos actúan tanto por cuenta propia como ajena. Los mayores centros de contratación son Londres, Nueva York y Tokio, pero hoy en día entidades financieras de todo el mundo contratan con otros electrónicamente. 

Para ello, los bancos otorgan límites máximos de contratación en función de sus respectivos balances. Así, un banco pequeño podrá estar dispuesto a contratar compraventas de divisas con un banco grande por importes mayores de los que esté dispuesto a hacerlo el banco mayor con el pequeño.

Estas facilidades o líneas tienen carácter contractual y en ellas se especifican las personas autorizadas a operar en nombre del banco y las condiciones generales de operación. Los departamentos de extranjero de las entidades usan líneas indistintamente para compraventas de divisas por cuenta propia o de sus clientes. 

Estos departamentos están integrados por especialistas en divisas que ejecutan las ordenes de sus clientes, bien como agentes comprando o vendiendo las divisas a otro banco y cobrando una comisión o como principales, es decir, vendiendo o adquiriendo las divisas a sus clientes de su «inventario». En el primer caso, la entidad no corre ningún riesgo y en el segundo, lo hace con la idea de obtener algún beneficio.Las operaciones en divisas, «Foreing Exchange» en inglés y en el argot bancario «FOREX», pueden ser al contado o a plazo. En el segundo caso, la valoración es función del cambio entre las divisas al contado y de los intereses aplicables a ambas. La compraventa de divisas a plazo es la base del «seguro de cambio», una herramienta habitualmente utilizada en el comercio internacional.

martes, 25 de septiembre de 2012

¿Que criterio se sigue en la eleccion de una cartera de inversión?

En primer lugar, el inversionista debe evaluar la tipología de cartera que desea, en función del propio carácter del inversor. Hay inversores que no quieren ningún riesgo, atrevidos, prudentes, especuladores, a corto plazo, a largo plazo, de edad avanzada, jóvenes, con mayor o menos patrimonio, con necesidad de rentas periódicas o no, con patrimonio diversificado o no, etc. Esta primera evaluación es quizá la más importante, porque permitirá definir el tipo de cartera que el inversor desea y que puede responder al objetivo perseguido:

Carteras de rendimiento: el objetivo es la percepción de dividendos e intereses de los valores adquiridos.

Carteras de crecimiento: su propósito es la consecución de una plusvalía sin asumir grandes riesgos.

Carteras especulativas: incluyen acciones temporalmente subvaloradas debido a riesgos a que se han expuesto las empresas emisoras.

Carteras combinadas de rendimiento y crecimiento: la gestión y administración de una cartera de valores debe tender a los siguientes objetivos:

1.- Satisfacer los propósitos y objetivos del inversor: En general, los que se piden a cualquier buena inversión: rentabilidad, seguridad y liquidez. Principios que son difícilmente compatibles, porque el valor más rentable no suele ser el más seguro, ni el más líquido el más rentable.

2.- Una consecución del modelo de cartera previamente definida: Composición de renta fija o variable, diversificación para reducir riesgos, objetivos fiscales de la inversión, inversiones en sectores concretos, valores especulativos o no, plazo de inversión, etc.

3.- Una selección de los valores con criterios profesionales y de acuerdo con análisis y precios objetivos, que permitan determinar también el momento oportuno para la compra o venta.

4.- Una actitud adecuada, ponderada, serena y conveniente frente a la evolución de la cartera de valores, del mercado bursátil y de la economía. Existen múltiples modelos de selección de carteras. Se pueden destacar, sintéticamente, los siguientes:

a) Las inversiones sistemáticas constantes: Su plan más sencillo consiste en invertir sistemáticamente, y a intervalos regulares de tiempo, una suma constante en la compra de una o varias acciones previamente seleccionadas. El interés del plan consiste en conseguir un beneficio de las fluctuaciones coyunturales y accidentales de las cotizaciones, en torno a la línea de tendencia, y alcanzar un coste medio de compra de los títulos inferior a su media aritmética.

b) La distribución constante entre diferentes categorías de valores: por ejemplo, el 35 por ciento en valores de renta fija, el 55por ciento en renta variable y el 10 por ciento en disponibilidades líquidas y activos financieros a muy corto plazo. Un plan de este tipo llevará a modificaciones porcentuales, derivadas de incrementos de tipos de interés o de cotizaciones que permitan aprovechar las coyunturas favorables en los distintos tipos de valores.

c) Existen otros modelos de selección de carteras que emplean matemáticas, cálculo de probabilidades, estadística, econometría, psico-sociología, etc. en la adopción de decisiones racionales y en la forma de realizar las operaciones. Este tipo de modelos científicos se inició con la aplicación de los métodos de programación matemática a la selección de carteras realizado por Markowitz, al que luego siguieron otros estudios, entre los que cabría destacar el «modelo de mercado» de Sharpe.

viernes, 21 de septiembre de 2012

¿Qué son los fondos de inversión?

Los fondos de inversión son instituciones de participación colectiva configuradas como patrimonios pertenecientes a una pluralidad de inversores (Fondos Mutuos, AFP), denominados partícipes, cuyo derecho de propiedad se representa mediante un certificado de participación. Los recursos aportados por los partícipes les confiere la titularidad de una parte alícuota del patrimonio del fondo, que se materializa en participaciones, reembolsables a su valor liquidativo en el momento en que los partícipes lo deseen. 

Los fondos son patrimonios mobiliarios sin personalidad jurídica y por ello la administración y gestión del fondo se encomienda a una sociedad gestora, cuyo objeto principal es concretamente la dirección, administración y representación legal del fondo. La gestora también puede gestionar, por cuenta de los fondos que administra, la suscripción y reembolso de sus participaciones. Para ello, debe contar con la autorización previa de la SBS (Superintendencia de Banca y Seguros). Además, aparece también la figura del depositario, la entidad encargada de la custodia y depósito de los valores que componen el patrimonio del fondo (CAVALI). La normativa sobre los fondos establece una serie de cautelas con el fin de proteger las inversiones, mediante la fijación de límites porcentuales de inversión en determinados activos, coeficientes de liquidez, capital mínimo para la constitución, límites de inversión en una sola empresa o grupo, exigencia de una auditoría externa de los estados contables y financieros, etc. El control y vigilancia sobre el funcionamiento de los fondos lo ejerce la SBS.

El valor de cada participación en el fondo es el resultado de dividir el patrimonio del mismo por el número de participaciones que estén en circulación en el momento en que se calcula dicho valor. Las suscripciones de participaciones y los reembolsos irán haciendo variar en cada momento la dimensión del patrimonio. 

Las oscilaciones de los valores que componen el patrimonio y sus rendimientos lo modificarán también y, por tanto, variará el valor liquidativo. Para calcular el valor liquidativo del fondo es necesario haber valorado previamente los activos que forman su cartera. La gestora calcula diariamente el valor de los activos que forman la cartera del fondo. Para su cálculo, se supone el valor que correspondería a cada activo de la cartera en el caso de que se tuviese que liquidar el fondo ese mismo día y vender todos los activos que lo componen. 

Un aspecto muy importante que se debe tener en cuenta a la hora de decidirse por un tipo de fondo u otro son los gastos y comisiones a los que hacer frente. Las sociedades gestoras y los depositarios pueden recibir de los fondos las comisiones de gestión y de depósito respectivamente, y las gestoras pueden recibir de los participes comisiones por suscripción y reembolso. En el folleto del fondo se deben recoger la forma de cálculo, el límite máximo de las comisiones referidas tanto al compartimiento como a cada una de las clases, las comisiones que efectivamente vayan a aplicarse y la entidad beneficiaria de su cobro.

sábado, 15 de septiembre de 2012

La inversión individual en la Bolsa de Valores

La gestión individual es aquella en la que el inversor coloca sus ahorros directamente en el mercado comprando y vendiendo a su nombre valores negociables. Se le conoce también como inversión directa, para lo cual requiere los servicios de un intermediario Bursátil ó SAB (Sociedad Agente de Bolsa).

La inversión individual directa supone que el ahorrador toma personalmente las decisiones de inversión y gestiona su cartera de valores de acuerdo con sus propios criterios de riesgo, rentabilidad y liquidez, estableciendo la diversificación que considere más conveniente.

Esta gestión individual tiene sus ventajas, la equivocación o acierto le corresponde a uno mismo. Sin embargo, esa gestión individual también tiene sus inconvenientes: la inversión en bolsa requiere tiempo, vigilancia, información y conocimientos del mercado. Sentarse sobre la cartera y dejar pasar el tiempo puede ser positivo a largo plazo si se opera sobre valores muy estables, pero aprovechar las tendencias alcistas del mercado y seguir de cerca los valores puede ser más beneficioso para el inversor. Por ello, esa gestión individual puede favorecerse con una gestión individual asistida y asesorada, que puede adoptar estas formas:

a) Cuentas de valores administradas: es el supuesto más sencillo en la asistencia a la gestión individual y que consiste en el depósito y custodia de los valores por parte de un intermediario autorizado, que se ocupa también de las labores de gestión de cobro de dividendos, intereses, amortizaciones, reinversiones, etc. Es decir, lo que permita la conservación y la recogida de los frutos de los valores depositados. El cliente da directamente las órdenes a través del intermediario, que sólo se ocupa, con el pago de comisiones, de una administración ordinaria de los valores depositados.

b) Cuentas de valores asesoradas: los inversores continúan invirtiendo directamente y dando ellos las órdenes de bolsa, pero las sociedades y agencias de bolsa y demás intermediarios autorizados les ofrecen la administración y depósito de los valores, asesoramiento, análisis e informes del mercado y de valores concretos, e incluso les facilitan el acceso a locales adecuados en donde se puede seguir el mercado en tiempo real en pantallas de información. Estas cuentas pueden ser gratuitas para aquellos inversores que mueven un buen volumen de contratación, puesto que el intermediario bursátil cobrará sus comisiones de compraventa y de depósito de los valores.

c) Cuentas gestionadas de valores: en este caso los inversores firman un contrato de gestión de carteras por el cual delegan la decisión de inversión en un intermediario bursátil, que podrá seleccionar las inversiones, dar las órdenes de compraventa y, en suma, asumir la posición de representante del inversor. Por cartera de valores se entiende una determinada combinación agrupada de valores mobiliarios.

Esta cuenta tiene por objeto disciplinar las relaciones entre un cliente, que aporta valores o dinero, y el gestor que los invertirá, según su criterio profesional, a fin de que se alcancen los mejores resultados posibles. A cambio, el gestor de la cartera percibe una remuneración.

Son contratos temporales, que contienen un mandato con facultad de disposición a favor del gestor. Son además contratos de confianza, en donde el cliente-inversor cree en las aptitudes del gestor para administrar y disponer de su cartera de valores. El contrato incluye una obligación de información periódica de la situación de la cartera y además una información de carácter fiscal anual sobre los movimientos, patrimonio mobiliario y plusvalías y minusvalías realizadas a los efectos de los impuestos sobre la renta y el patrimonio del cliente. Además, la entidad debe informar mensualmente cuando la cartera gestionada presente pérdidas al final del mes con respecto al fin del mes anterior y cuando la naturaleza de las operaciones o el riesgo inherente a las mismas exigieran, por razones de prudencia, una mayor información al cliente.