Para tener en cuenta las lecciones de la historia y que no todo lo que brilla es oro tratare en este post sobre el caso de ENRON, y lo que era considerado por todos al menos en apariencia, una empresa solvente y de gran proyección a futuro.
ENRON Corporation, en cuestión de quince años, pasó de ser una pequeña empresa de gas en Texas, a ser el sétimo grupo empresarial de mayor valor en Estados Unidos, según la Revista Fortune a mediados de 2001.
Entender cómo una empresa de esta magnitud llegó a desarrollar un emporio tan grande, es una tarea difícil, pero más difícil aún es comprender cómo fue posible ocultar deudas por sumas mayores a los seiscientos millones de dólares.
Los resultados de la violación de la confianza, pilar que sostiene el sistema financiero moderno, son evidentes y nefastos: cientos de miles de trabajadores desempleados y defraudados, sin posibilidad de recuperar sus fondos de previsión social, miles de inversionistas, que confiaron en los estados financieros auditados por la firma de Arthur Andersen, vieron esfumarse sus ahorros al pasar sus acciones de un precio récord de US$ 84.85 dolares a escasos US$ 5 centavos de dolar a inicios de 2002.
Cómo impedir que se defraude la confianza pública, cómo garantizar que los patrones a partir de los cuales se acredita la salud financiera de una empresa sean razonables y cómo hacer que los mecanismos regulatorios no colapsen frente a la corrupción política producto del financiamiento electoral y otros mecanismos de prebendas, son los grandes retos para los mercados de captación del ahorro público.
En Julio de 1985, Houston Natural Gas se fusiona con InterNorth, una compañía de gas natural de Omaha, Nebraska, para formar la moderna ENRON. Es una firma interestatal é intraestatal con un gasoducto de gas natural de 37.000 millas.
En 1989, ENRON comienza a comercializar gas natural como commodity, es decir, como mercancía, producto de la desregulación de la que fue objeto este mercado durante la administración Bush.
Se convierte rápidamente en el comercializador mayor de gas natural en Estados Unidos y en el Reino Unido. La clave del explosivo crecimiento de esta empresa fue precisamente la desregulación que permitió vender el gas como si fuera un commodity, tal como minerales, granos, carnes ó aceite.
En su afan de incrementar sus beneficios en noviembre de 1999 se da el lanzamiento de "ENRON Online" un sistema de transacciones globales en Internet que permitía a los clientes de ENRON ver en tiempo real los precios del mercado y realizar transacciones en línea, en forma instantánea.
En dos años, esa plataforma de comercio electrónico llegó a realizar 6000 transacciones diarias por un valor de 2.500 millones de dólares.
En solo 15 años, ENRON creció pasando de ser una pequeña firma de gas en Texas a ser la séptima compañía más grande de Estados Unidos, con 21.000 empleados en más de 40 países, habiendo superado los 100 billones de dólares de facturación en el ejercicio del año 2000.
Su compleja estructura corporativa era una enmarañada madeja de más de 3.000 sociedades unidas a través de holdings, lo que hace prácticamente imposible auditarla mediante métodos convencionales y hace en cambio muy posible ocultar y "dibujar" resultados.
ENRON creció rápidamente sobre la base de tres actividades de comercialización: energía, mayoreo y servicios globales.
El 14 de Agosto del 2001, la revista Fortune galardonó a la firma como la más creativa en el período 1996–2001, augurándole un crecimiento continuo para toda la década, citándose entre sus innovaciones, la apertura de los mercados de potencia y gas de Alemania, la creación de un mega almacén global virtual de gas y ser pionera del más grande mercado mundial de comercialización de energía en línea.
En el año 2000 ganó el premio del Financial Times a la "Compañía de Energía del Año" y a la "mejor y exitosa decisión de inversión".
La preeminencia de ENRON se originó no solamente por su papel en el mercado energético mundial sino también porque la administración de Bush consultaba a su presidente ejecutivo, Kenneth Lay, como asesor en energía.
Su prestigio influyó para que obtuviera millones de inversores captando fondos de pensiones a lo largo y ancho de Estados Unidos.
ENRON era una empresa muy inusual, por un lado era una compañía de servicios diversificada, poseyendo plantas de energía, compañías de agua, distribuidoras de gas y de otras unidades empresarias involucradas en la relativamente directa distribución de servicios a consumidores y a empresas.
Por otra parte, se hizo notoria aplicando el estilo de Wall Street a estos mercados tradicionalmente dormidos.
La genialidad de ENRON fue considerar que todos esos servicios é incluso oscuros y complejos productos tales como anchos de banda de Telecom eran en realidad "commodities", que podían ser comprados, vendidos y almacenados tal como se hace con las acciones y los bonos.
ENRON se convirtió pues en un gigantesco "hacedor de mercados" dentro de Estados Unidos, siendo el principal comercializador de productos de energía. Creciendo en esos asuntos financieros en forma mucho más rápida que en sus operaciones tradicionales.
El tamaño de sus operaciones financieras convirtió de hecho a ENRON en una de las compañías de energía más grandes del mundo, con ventas que en el ejercicio pasado superaron los 100 billones de dólares, entrando en competencia con nombres tales como Shell y Exon.
ENRON quien era considerada la mayor compañía energética del mundo y sus acciones se cotizaban, a 85 dólares, en el fondo todo era falso: la compañía estaba en realidad al borde de la ruina, y logró ocultarlo manipulando la información facilitada a sus auditores de Arthur Andersen, con la posible complicidad de éstos.
La firma auditora admitió que había destruido numerosos documentos de ENRON, lo que la Comisión del Mercado de Valores de Nueva York calificó de gravísimo. Sólo en noviembre comenzó a saberse que la corporación energética sufría gravísimos problemas.
Los acontecimientos que ocurrieron por esa época atraen especialmente la atención de las autoridades judiciales y de la opinión pública.
Los 21.000 empleados y 4.500 jubilados de la empresa, cuyos ahorros estaban depositados en acciones de ENRON, asistieron impotentes al desplome de la cotización (una acción valía solo unos pocos centavos), sin poder vender porque la legislación sobre fondos de pensiones se lo impedía.
No tardó en saberse que los principales ejecutivos de ENRON sí habían liquidado sus inversiones en la empresa, justo antes de que reventara la crisis, y se habían embolsado en total más de mil millones de dólares.
ENRON admitió haber inflado sus beneficios, lo cual precipitó aún más las acciones, El publico potencial comprador se alejó de las negociaciones, no dejando otra opción que el pedido de quiebra.
Es probable que altos ejecutivos de esa firma estén involucrados en casos de fraude, para afinar sus balances, ENRON usó complejas herramientas financieras orientadas a ocultar las deudas.
A ésta acción se suma que muchos altos ejecutivos de la firma acumularon masivos beneficios, se habla de 1000 millones de dólares en manos de 29 personas, vendiendo sus acciones antes del colapso.
Por el contrario, sus 20.000 empleados perdieron billones de dólares de sus planes de pensión, luego de haber sido bloqueadas por la compañía impidiendo venderlas cuando sus valores caían abruptamente.
En lo individual, muchos empleados han perdido sus trabajos y visto evaporar los ahorros de sus retiros acumulados durante toda una vida de trabajo, los accionistas vieron evaporarse sus acciones que pasaron de US$ 85 a centavos de dolar.
El fracaso de ENRON genera preguntas incómodas referentes a los mercados libres de crecimiento rápido.
Por lo pronto, hace aparecer como peligrosa la desregulación de los mercados ó al menos poco atractiva.
Los expertos en políticas de comercialización que aconsejaban aplicar las técnicas de Wall Street a los mercados energéticos, confiando en que ello aportaría una mayor eficiencia y precios más bajos, habrían quedado desautorizados.
Este fracaso es una llamada de atención a los gobiernos, para que sean más cuidadosos a la hora de permitir a las empresas privadas jugar papeles cruciales en el suministro y distribución de la energía ó servicios publicos.
El mensaje final a los inversores es ser más cautelosos a la hora de invertir en negocios que no entiendan, tal como nos aconseja Warrent Buffet..
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