¿Es posible? Sí. Con la preparación de una
estructura psicológica capacitada para invertir.
Al momento de enfrentarse a los mercados financieros
muchos inversionistas olvidan o deciden ignorar el factor psicológico la
manera en que sus emociones y mentalidad afectan el método de inversión, grave
error.
Es importante recordar que invertir es una ‘disputa’
con millones de seres humanos y sus perspectivas, lo que hace de la estructura
psicológica individual una importante herramienta de autocontrol, puesto que
ayuda al inversionista a mantener preparados sus comportamientos y actitudes
psicológicas para afrontar la variedad de situaciones que los mercados
financieros pueden presentar.
Si bien la información y el conocimiento representan
gran parte de los factores que determinan el nivel de acierto de un
inversionista, es su estructura psicológica lo que define la consistencia a
través del tiempo. La necesidad de prepararse psicológicamente nace de la casi total ausencia de restricciones
que caracteriza a algunos en el mundo financiero.
Por ejemplo, tomemos el mercado de divisas en el que, en
pocas palabras, el inversionista cuenta con sólo dos opciones: comprar o vender
el instrumento en cuestión. Esta ‘libertad’, aunque en principio puede
percibirse como una ventaja, representa un obstáculo para lograr ser rentable
en las inversiones de no estar preparado para administrarla. Es en este caso,
cada inversionista, mediante la preparación psicológica, puede dar un orden
relativo al mercado mediante la definición de su método de acción y forma de
reaccionar.
Estar preparado psicológicamente, además de ayudar a
alcanzar una mayor rentabilidad mediante la eliminación de errores como
‘bloquearse’ para tomar decisiones ante el exceso de información, no cortar las
pérdidas en el punto en que se había decidido anteriormente, adquirir un exceso
o falta de confianza, no aprender la lección de las operaciones negativas y
tomar ganancias demasiado pronto, también permite reducir o eliminar el estrés
y la preocupación que produce en muchos el mercado financiero.
En definitiva, el aspecto psicológico es de gran
importancia en el ámbito de las inversiones, puesto que representa una
herramienta sólida para afrontar cualquier situación que se presente en los
mercados financieros. Seguir la estrategia planeada permitirá eliminar errores
comunes que impiden mantener y alcanzar una rentabilidad consistente a través
del tiempo.
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