domingo, 1 de marzo de 2015

Ventajas é inconvenientes de la globalización económica


El fenómeno de la globalización, desde el punto de vista económico para los países, presenta dos caras que están representadas por aquéllos que opinan que es beneficiosa en general y por los que creen todo lo contrario.

Así, el grupo de los optimistas considera que la globalización aumenta la productividad y la calidad de vida de las personas y de los países, argumentan que unas economías integradas favorecerán una mejor división del trabajo entre los Estados, permitiendo que aquéllos que tengan salarios bajos se especialicen en tareas donde la mano de obra sea vital mientras que los que los tengan altos utilicen a sus trabajadores en tareas más productivas (criterio de la ventaja comparativa).

Todo ello permitirá a las empresas beneficiarse de las economías de escala subyacentes, además, los recursos financieros se dirigirán hacia aquellos países que proporcionen las oportunidades de inversión más productivas, abandonando aquellas zonas donde los rendimientos esperados sean más reducidos.
En las llamadas economías emergentes, la globalización de los mercados de capital ha tenido efectos muy positivos, entre los que cabe destacar:

  • El crecimiento y la reforma de sus economías.
  • La globalización empresarial.
  • El aumento de la transparencia, con una mayor y mejor publicación de datos económicos y financieros.
  • La integración de los mercados financieros, y la diversificación de carteras.

El grupo de los pesimistas cree que el aumento de la competencia de los países con salarios bajos, destruirá el empleo y empujará los sueldos a la baja en los países desarrollados.

Es decir, se producirá una tendencia a disminuir los sueldos, los impuestos, la riqueza, los controles ambientales, etc., y todo ello con el objeto de hacer más competitiva a la economía nacional.

Además, los gobiernos no podrán diseñar las políticas económicas que deseen sino que tendrán que ajustarse, a la poca flexibilidad que le permitirá el mercado global junto con el todopoderoso mercado financiero internacional, siempre proclive a causar estragos y sobresaltos a lo largo y ancho de nuestro globo.

Ambos puntos de vista tienen algo de razón porque efectivamente la mayor competencia mundial puede beneficiar a las personas individualmente (productos de mejor calidad al mejor precio posible, mejores servicios, mayor rentabilidad de las inversiones a un menor riesgo, etc.), pero para que beneficie al país en su totalidad, deberán cumplirse una serie de medidas correctoras que le adapten continuamente a los cambios de tendencia de la economía mundial a base de mejorar su productividad y competitividad.

En resumen, la globalización proporciona muchas oportunidades a aquéllos que sean capaces de hacer frente a los muchos desafíos que plantea.

La globalización y el mercado de capitales

Mientras el sistema monetario internacional se regía por los acuerdos de Bretton Woods, los flujos internacionales de capitales estaban muy controlados (la opinión de los economistas de la época era que la movilidad de capitales era algo innecesario é incluso, indeseable).

Pero en los años sesenta, surge el “euromercado” donde los bancos localizados en otros países podían tomar depósitos y prestar en divisas de otros estados, cuando el sistema de Bretton Woods dejó de funcionar a principios de los setenta, los países con economías más fuertes comenzaron a desmantelar sus controles de capitales.

En los ochenta y al comienzo de los noventa los países en vías de desarrollo se unieron a la tarea de derribar las barreras a los flujos monetarios.

En teoría, unos flujos de capitales más grandes deberían implicar unos beneficios mayores puesto que el ahorro y la inversión, deberían asignarse de una forma más eficiente.

Los países pobres ya no tendrían falta de dinero para acometer las inversiones necesarias para su desarrollo económico, los inversores podrían colocar su dinero en cualquier proyecto que les proporcione un rendimiento interesante sin tener que ceñirse a su propio país y, además, el riesgo estaría diversificado al máximo, al poder formar carteras de inversiones con casi cualquier proyecto que deseen y en cualquier país (cuanto mayor sea el abanico de posibles inversiones, más se diversificará el riesgo).

Pero, hay quien piensa que la integración de los mercados financieros es peligrosa y desestabilizadora, los operadores en bonos y en divisas, supuestamente, han suplantado a los líderes políticos a la hora de determinar la política macroeconómica.

Además, piensan, que la volatilidad de los mercados ha aumentado como consecuencia de la movilidad de los capitales.

Pero ¿de verdad el mercado de capitales es global?

Es cierto que los flujos financieros internacionales se han disparado desde el momento en que caen los controles al movimiento de los capitales, y ello es lo que ha provocado la idea de que el mercado financiero internacional se ha globalizado.

Sin embargo, la medida de las entradas y salidas netas de los capitales en un Estado es su balanza por cuenta corriente, si el mercado fuese realmente global, los países con necesidades de inversiones verían aumentar sus déficits por cuenta corriente y, por otro lado, los países con gran capacidad de ahorro verían aumentar sus superávits.

Esto no ha ocurrido, en los países ricos los desequilibrios de dicha balanza fueron del 2 % al 3 % del PIB en los noventa (incluso en los ochenta Japón y Alemania llegaron a superávits del 4 % al 5%).


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