lunes, 23 de enero de 2017

Trading y Psicología Colectiva


La diferencia entre psicología individual y psicología social ó colectiva a primera vista puede parecernos muy complicada, sin embargo pierde gran parte de su significado en cuanto lo sometemos a un análisis más profundo, la psicología individual concretamente trata al hombre en forma aislada é investiga los caminos por los este intenta alcanzar la satisfacción de sus requerimientos personales.

Al hablar de psicología social ó colectiva, se toma como objeto de análisis la influencia simultánea ejercida sobre el individuo por un gran número de personas a las que une cierta búsqueda común, en el caso del trading la búsqueda de una recompensa económica.

La psicología colectiva considera al individuo como miembro de una tribu, de una masa, de una clase social ó de una institución, como elemento de una multitud humana, que en un momento dado y con un determinado fin, se organiza en una masa ó colectividad.

Los fenómenos surgidos en circunstancias particulares, como manifestaciones de un instinto especial irreductible del instinto social, que no surge en otras situaciones, sin embargo, resulta difícil atribuir al factor numérico importancia suficiente para provocar por sí solo en el alma humana, el despertar de un nuevo instinto, inactivo en toda otra ocasión.

La psicología colectiva, no obstante en sus primeras fases, abarca un número incalculable de problemas, que es difícil poder diferenciar, según el Dr. Gustave Le Bon, en una multitud, se borran los requerimientos individuales, desapareciendo así la personalidad de cada uno de los que la integran, lo inconsciente social surge en primer término, y lo heterogéneo se funde en lo homogéneo, la psicología, tan diversamente desarrollada en cada individuo, se descarta, apareciendo una base inconsciente uniforme común a todos, de este modo, se formaría un carácter medio de los individuos constituidos en multitud.

Pero el Dr. Gustave Le Bon encuentra que los individuos pertenecientes a un colectivo, muestran también nuevas cualidades, de las que carecían antes al hacerlo individualmente, y halla la explicación de este fenómeno en tres factores diferentes.

La aparición de los caracteres peculiares a las multitudes se nos muestra determinada por diversas causas:
  
1.- La primera de ellas es que el individuo integrado en una multitud, adquiere, por el simple hecho del número, un sentimiento de potencia invencible, merced al cual puede permitirse ceder a instintos que antes como individuo aislado, hubiera refrenado forzosamente, y se abandonará gustoso a tales instintos, por cuanto al pertenecer a una multitud anónima, siente que su responsabilidad es menor, dado que el sentimiento de responsabilidad es un poderoso y constante freno a los impulsos. 

2.- La  segunda causa es el contagio mental, interviene igualmente para determinar en las multitudes la manifestación de caracteres especiales, y al mismo tiempo, su orientación, el contagio de pensamiento es un fenómeno fácilmente comprobable, pero inexplicado aún y que ha de ser enlazado a fenómenos de la mente humana, al pertenecer a una multitud, todo sentimiento y todo acto son contagiosos, hasta el punto de que el individuo sacrifica muy fácilmente su interés personal al interés colectivo, actitud contraria a su naturaleza y de la que el hombre sólo se hace susceptible cuando forma parte de una multitud. 

3.- Una tercera causa, la más importante, determina que los individuos integrados en una masa tiene una mentalidad especial, a veces muy opuestos a los del individuo aislado, a lo que se conoce como sugestibilidad, de la que el contagio antes mencionado es un efecto, para comprender este fenómeno, es necesario tener en cuenta ciertos descubrimientos de la fisiología.

Sabemos que un individuo puede ser transferido a un estado en el que habiendo perdido su personalidad consciente mediante hipnosis, obedeciendo a todas las sugestiones del hiptnotizador, y realize actos contrarios a su carácter y costumbres, ciertas observaciones parecen demostrar que el individuo sumido algún tiempo en el seno de una multitud activa se ve influenciado igualmente a consecuencia de los sentimientos que de la misma emanan ó por cualquier otra causa, aún ignorada, en un estado particular, muy semejante al estado de fascinación del hipnotizado entre las manos de su hipnotizador, la personalidad consciente desaparece; la voluntad y el discernimiento quedan abolidos, sentimientos y pensamientos son entonces orientados en el sentido determinado por el hipnotizador, el estado del individuo integrado en una multitud, no tiene ya consciencia de sus actos, en él como hipnotizado, quedan abolidas ciertas facultades y pueden ser llevadas otras a un grado extremo de exaltación (sentimientos de codicia y temor).

La influencia de una sugestión le lanzará con ímpetu irresistible a la ejecución de ciertos actos, ímpetu más irresistible aún en las multitudes que en el sujeto hipnotizado, pues siendo la sugestión la misma para todos los individuos, se intensificará al hacerse recíproca conformando un alma colectiva.

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