Los mercados pueden ser analizados desde el punto de vista del análisis fundamental ó del análisis técnico, donde debido a la influencia de la esperanza, el miedo y la codicia, podemos apreciar su irracionalidad, los chartistas se enfrentan a los mismos problemas que los fundamentalistas, nunca se puede estar seguro de cuando el mercado es irracional, como bien decia el economista John Maynard Keynes "Los mercados pueden mantener su irracionalidad mas tiempo del que tu puedes mantener tu solvencia".
Otros participantes del mercado, generalmente saben más cosas que nosotros ignoramos, no necesariamente como individuos aislados sino como colectivo, William Peter Hamilton reconocía esto al escribir en el Wall Street Journal en 1929: “Todo lo que el mundo sabe sobre cualquier cosas, que tenga la más remota relación con las finanzas, acaba por llegar a Wall Street en una ú otra forma de información: los valores de las acciones en sí mismos, con sus fluctuaciones, representan el valor trasmitido de todo este conocimiento”.
El Mercado contiene un fantástico almacén de conocimiento, este conocimiento se ve constantemente actualizado en las cotizaciones de los mercados de valores, el decano del análisis técnico Charles Dow, baso sobre este hecho una serie de reglas del mercado, pero todavía es evidente de que cuando el mercado explota presa del pánico, algunos otros fenómenos deben estar actuando.
El problema es que el mercado puede estar bien informado, pero no siempre basa su comportamiento en este conocimiento, pues existe un segundo elemento lo irracional, y algunas veces cuando los inversores irrumpen en el mercado este elemento dominara por completo, mientras que en otras épocas puede carecer de importancia.
Reglas básicas del Mercado
Entre las reglas básicas de los inversores tenemos:
1.- El mercado va siempre por delante: La suma de lo que pueden saber todos los inversores reales y potenciales, normalmente es más de lo que un ser humano puede asimilar, tal vez conocen los demás algo que nosotros ignoramos, nunca podemos estar del todo seguros, es una tarea imposible ir por delante de los conocimientos del mercado en general y de su rápida aplicación de tal conocimiento en las cotizaciones.
2.- El mercado es irracional: El mercado puede reaccionar rápidamente ante determinados hechos, pero también puede ser subjetivo, sensacionalista y esclavo del capricho de unas tendencias variables, existen periodos en que las cotizaciones pueden fluctuar según los intereses y la situación financiera de los inversores, moviéndose entre histeria general y la indiferencia, al margen de los valores de los títulos, por lo tanto, los intentos de ser racionales por los inversores individuales pueden constituir en realidad una conducta irracional.
3.- El entorno es caótico: Las previsiones macroeconómicas normalmente son demasiado inexactas para que tengan algún valor para el inversor, especialmente teniendo en cuenta que las interrelaciones económicas se ven constantemente influidas por detalles pequeños pero cruciales que nadie podría predecir ó medir, pero que pueden cambiarlo todo, lo que ciertamente es aplicable a los mercados financieros.
4.- Los gráficos muestran el cumplimiento de lo que insinúan: Si muchas personas utilizan los mismos sistemas de gráficos pueden beneficiarse de su movimiento, con independencia de que verdaderamente sean correctos, es decir se produce la profecía del auto cumplimiento, puesto que al existir muchos inversores que están guiándose de los mismos indicadores y gráficos, termina por cumplirse lo que ellos esperan.
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