Una forma de invertir en el exterior es negociando divisas.
Algo que desconocen la mayoría de los inversores es el hecho de que el volumen
de contratación de los mercados de divisas es el mayor de todos los otros
mercados, como por ejemplo, el de acciones, el de renta fija o el de derivados.
Este es un mercado interbancario por excelencia y los bancos actúan tanto por
cuenta propia como ajena. Los mayores centros de contratación son Londres,
Nueva York y Tokio, pero hoy en día entidades financieras de todo el mundo
contratan con otros electrónicamente.
Para ello, los bancos otorgan límites
máximos de contratación en función de sus respectivos balances. Así, un banco
pequeño podrá estar dispuesto a contratar compraventas de divisas con un banco grande
por importes mayores de los que esté dispuesto a hacerlo el banco mayor con el pequeño.
Estas facilidades o líneas tienen carácter
contractual y en ellas se especifican las personas autorizadas a operar en
nombre del banco y las condiciones generales de operación. Los departamentos de
extranjero de las entidades usan líneas indistintamente para compraventas de
divisas por cuenta propia o de sus clientes.
Estos departamentos están
integrados por especialistas en divisas que ejecutan las ordenes de sus
clientes, bien como agentes comprando o vendiendo las divisas a otro banco y
cobrando una comisión o como principales, es decir, vendiendo o adquiriendo las
divisas a sus clientes de su «inventario». En el primer caso, la entidad no
corre ningún riesgo y en el segundo, lo hace con la idea de obtener algún
beneficio.Las operaciones en divisas, «Foreing Exchange» en inglés y en el
argot bancario «FOREX», pueden ser al contado o a plazo. En el segundo caso, la
valoración es función del cambio entre las divisas al contado y de los
intereses aplicables a ambas. La compraventa de divisas a plazo es la base del
«seguro de cambio», una herramienta habitualmente utilizada en el comercio internacional.
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