miércoles, 3 de octubre de 2012

Decidir donde invertir

Los inversores con poca experiencia, o que recién se inician en el mundo de las inversiones, se enfrentan ante diversas adversidades que pueden conllevar serios riesgos en la inversión, o peor aún esfumar el capital patrimonial o destinado a la inversión.

Muchas de estas situaciones se suceden como resultado de una serie de errores comunes al invertir. Si bien podemos mencionar varios errores habituales en los primeros pasos de los inversores, hay uno que curiosamente se dá en casi cualquier situación de la vida diaria y no solo en el mundo de las finanzas.

Este error o problema, es el de no tener objetivos definidos previamente antes de invertir nuestro dinero. Es decir, muchos inversores realizan operaciones financieras basados en datos (o no) de forma espontánea, sin haber planificado previamente su cartera de inversión y haber establecido objetivos de la cartera.

La decisión de invertir es un proceso complejo que debe superar el simple análisis de ver un activo financiero a buen precio y comprarlo con la expectativa de luego venderlo. No siempre esto ocurrirá y mucho menos siempre nos convendrá vender la acción o activo financiero.

Definir los objetivos de la inversión van de la mano con el plazo u horizonte de inversión. Si nuestro horizonte es el corto plazo, entonces nuestros objetivos serán a corto plazo también. Esto es, que al realizar una inversión deberíamos buscar un activo que reúna ciertas condiciones tanto en la actualidad como en el corto plazo. Mientras que nuestro horizonte de inversión sea más a largo plazo, nuestros objetivos podrán ser más ostentos y con lo cual asumir mayores riesgos.

El fin de la inversión es otro factor clave, ya que no es lo mismo ahorrar para el momento de la jubilación que para comprarse un coche. Aunque claro cada factor se ve enlazado entre sí (perfil inversor, fin y tiempo de la inversión).

El perfil de inversión de cada uno afecta también al proceso de decisión, influyendo de forma real en las acciones que se darán al momento de concretar la inversión.

Por último resta encontrar el producto financiero o la vía de inversión que mejor satisfaga al cumplimiento de nuestro objetivo. Según lo anterior para un objetivo de corto plazo cuyo fin sea el de cubrir los gastos de las vacaciones, un depósito bancario puede ser suficiente. 

Mientras que si queremos ahorrar para comprarnos un coche nuevo, un depósito combinado a mediano plazo surge como una alternativa más apropiada.

Antes de invertir es importante adquirir el conocimiento necesario y experiencia para poder planificar nuestra cartera de inversión, en cuyo proceso no nos puede faltar definir claramente cuales son los objetivos de la inversión.

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